20 de enero de 2013

El caso de la garcilla bueyera

La garcilla bueyera Bubulcus ibis es una ardeida de amplia distribución mundial, especialmente en el  ámbito del hemisferio sur. En la península Ibérica hasta fechas recientes era una especie propia de la mitad sur (Andalucía, Extremadura, Levante...), con algunas poblaciones más al norte, por ejemplo en Castilla y León, pero totalmente ausente de la franja cantábrica.





Esta ausencia de la región cantábrica terminó a mediados de la década de los 90 del pasado siglo, cuando comenzaron a verse de manera habitual los primeros grupos de este taxón, en prados de la franja costera de Cantabria, en busca de invertebrados asociados al ganado vacuno. 

El origen de estos ejemplares estaba en el Zoo de Santillana del Mar, donde estaba presente esta gregaria ardeida en su colección privada y desde donde se ha producido la colonización del área cantábrica. En esa década de los 90 eran grupos pequeños, de pocos ejemplares, que se repartían por los municipios limítrofes de Santillana del Mar, como Reocín o Alfoz de Lloredo. Poco a poco la población fue aumentando, así como su área de distribución, formándose poblaciones independientes al recinto Zoológico, creándose nuevos dormideros y lugares de reproducción. 

Una década después se registraban grandes dormideros de la especie en el ámbito del actual Parque Natural de las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel, por ejemplo en la marisma de Bengoa o Solija, donde por aquel entonces llegué a censar más de un millar de ejemplares o en la marisma del Joyel. También en la marisma de Alday o en el Pozón de la Dolores. 

La colonización de la región cantábrica por parte de esta especie, hasta entonces restringida al ámbito mediterráneo ya era imparable. A la hora de alimentarse se repartían por todos los prados de la franja costera desde el oriente de Asturias hasta la costa del occidente de Euskadi. 

El aumento poblacional de esta especie sigue constatándose, su adaptación ha sido increíble y en los últimos años la presencia de grupos en valles del interior ya es un hecho. El caso del valle del Pas, donde resido desde hace 5 años es un ejemplo. La especie estaba ausente hasta hace muy pocos años aguas arriba de Renedo o Zurita. Actualmente grandes grupos procedentes del nuevo dormidero del río Saja-Besaya en Barreda, suelen acudir a alimentarse al valle de Toranzo o también a la zona del Pisueña (Villacarriedo y Selaya) e incluso empiezan a registrase las primeras observaciones de la especie en lugares tan apartados y agrestes como Liébana.

Algunos naturalistas atribuyen el descenso poblacional en estas zonas, de especies como el cernícalo vulgar o el mochuelo común, a la extraordinaria abundancia de garcillas bueyeras, ya que pueden competir de manera directa por el alimento. No existen estudios serios al respecto, pero estaría bien que se hiciera alguno y conocer la incidencia real que ha tenido la llegada de esta especie.

Lo que está claro es que esta ardeida ha pasado en 20 años de estar totalmente ausente, a ser sin duda una de las aves más abundantes junto por ejemplo con el estornino pinto, en las praderías de la franja costera cantábrica, incrementando su población, su área de alimentación y el número de dormideros. Un episodio tan rápido como este tiene que tener si duda alguna afección en la campiña atlántica.

2 comentarios:

  1. Hola Alejandro
    en Campoo, en concreto en las praderías de la circunvalación de Reinosa están pasando el invierno 3 jemplares.

    Saludos desde Campoo

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  2. Interesante dato Manu, sigue la expansión. Saludos !!

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