11 de junio de 2016

Bielorrusia 2ª parte; Bialowieza Forest

El 7 de mayo tras llegar al aeropuerto de Minsk, nuestro guía local Siarhei Sidaruk nos traslada directamente hasta Pruzhany en la región de Brest, al suroeste de Bielorrusia. Esta localidad se encuentra a tan sólo 40 Km en línea recta de la frontera con Polonia, en el ámbito del bosque de Bialowieza, que se extiende ambos lados de la frontera. Aquí pasaremos tres noches alojados en un hotel propiedad del estado. Será nuestro campo base para explorar el entorno de Bialowieza. Llegamos al hotel pasadas las 19:30h (hora local) justo para cenar y escuchar el canto del ruiseñor ruso y de la ranita de San Antonio en los alrededores.




El día 8 de mayo salimos del hotel a las 6h y pasamos la primera parte de la mañana prospectando un mosaico de prados y bosques con pino silvestre, abeto rojo, abedul, álamo temblón y aliso. Observamos un gallo lira-común cantando en mitad de una pradería, un águila moteada posada primero en un árbol en el borde del bosque y luego en el suelo junto a un canal, además de otras especies como tarabilla norteña, curruca zarcera, corzo y liebre europea. De camino a la casa de Siarhei, donde solíamos desayunar a media mañana, vemos alce, primero una hembra joven y luego una hembra con una cría del año pasado, además de una pareja de cisne cantor y grulla común en una zona de ciénaga.




En la casa de nuestro guía en un claro en el bosque, vemos mientras desayunamos las evoluciones de una pareja de cigüeña blanca en su nido, torcecuello, alcaudón dorsirrojo o gorrión molinero entre otras especies. 



Después de reponer energías nos adentramos andando a la masa forestal en busca de pícidos y otras aves. 



Observamos picamaderos negro, pito cano y pico picapinos. También vemos un grévol posado en una rama baja junto al sendero y como suele ser habitual en esta especie desapareció a los pocos segundos. Una cigüeña negra sobrevolando el bosque, un andarríos grande en una charca dentro del bosque, mosquitero silbador y como colofón una hembra de cárabo lapón en su lugar de cría. También pudimos observar algunas especies de anfibios y reptiles como lagarto ágil, culebra de collar (especie frecuente), lagartija de turbera o sapo de vientre de fuego. A las 16h llegamos a comer y la tarde fue más tranquila, ayudado también por la tormenta típica de la tarde. 







La climatología fue casi todos los días de cielo despejado, temperaturas entre 10 ºC (mínima) y 22ºC (máxima) y por la tarde solía descargar una pequeña tormenta. 

El día 9 madrugamos aún más, saliendo del hotel a las 5h. El objetivo era intentar localizar algún bisonte europeo, pero en esta época del año ya tienen comida en el bosque y ya no salen tan habitualmente a los claros. No tuvimos suerte con esta especie, que en un principio parecía de observación segura. Sí pudimos ver otros mamíferos como jabalí, corzo, liebre europea o zorro rojo y rastros de castor europeo. Vemos un águila pomerana posada en un árbol en el borde del bosque y un ruiseñor ruso cantando en lo alto de un árbol seco. También escuchamos un guión de codornices, especie bien distribuida en Bielorrusia pero difícil de ver, sólo vimos bien un ejemplar en Prypiat. 

Dentro del bosque vemos especies como pico menor, mosquitero silbador y un precioso macho de cárabo lapón posado en un árbol, ajeno a nuestra presencia y que pudimos estar observando durante unos cuantos minutos. Se trataba de un ejemplar que no estaba criando este año, ya que por motivos desconocidos faltaba la hembra en el territorio, habiendo criado aquí el año anterior. 







Regresamos a comer a casa de nuestro guía donde nos sobrevuela una cigüeña negra. Por la tarde hace mucho calor y las aves están poco activas, por lo que paramos la actividad hasta después de cenar y a las 20h salimos en busca de rapaces nocturnas, no sin antes ver un alcaudón norteño. Antes de partir podemos fotografiar a una grupo de zorzal real alimentándose en el jardín del hotel. 




Ese atardecer tuvimos la que fue para mi la observación del viaje, una hembra de cárabo lapón cazando en el borde del bosque, junto a la carretera, observada a corta distancia desde nuestro vehículo durante varios minutos. Además tuve la suerte de localizar yo mismo este individuo en su salida al claro desde el bosque. Por fin me saqué la espina que tenía con esta especie (y de que manera!!!), que varias veces me había dado ya esquinazo en Finlandia. A este ejemplar dedicaré una entrada completa, será la próxima. 




De aquí nos vamos a otro sector para buscar al mochuelo boreal. Dejamos el vehículo en casa de Siarhei y nos adentramos caminando en el bosque hasta que cae la noche, cuando nos detenemos en un punto concreto a escuchar. No tarda en empezar a cantar un ejemplar y vamos acercándonos en la espesura hasta el lugar. Cuando estamos debajo Siarhei le ilumina con su linterna y podemos observarle perfectamente. Pasados unos instantes nos vamos a otra zona, donde localizamos una pareja y esta vez el nido en un antiguo agujero de picamaderos negro. Uno de los ejemplares asoma en él. Muy bonitas observaciones de este especie mítica.

El día 10 salimos del hotel a las 6h, es nuestra última mañana en el entorno de Bialowieza. Visitamos el nido de mochuelo boreal de anoche, aunque no vemos nada. Un picamaderos negro reclama en el entorno y un macho de ciervo rojo pasta en una pradería. En otro sector vemos una pareja de pico menor, alcaudón dorsirrojo en un claro y cuando estamos desayunando en casa de nuestro guía local un pigargo europeo sobrevuela el lugar poniendo así un bonito broche de despedida. A las 11h recogemos las maletas en el hotel y ponemos rumbo a Turov, en el río Prypiat. 




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